Vivo en una ciudad de casi medio millón de personas en el Área metropolitana de Barcelona. Concretamente en un barrio en el que viven 18.000 personas y que tiene una guarderia pública fantástica que pagamos todos con nuestros impuestos.
Hace poco más de 4 meses he sido mamá así que como tanto mi marido como yo teníamos que reincorporarnos al trabajo después de la baja por maternidad, realicé la preinscripción de mi peque en la super guarderia del barrio para que empezara este mes de septiembre.
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Llamada de la directora del centro
Mi sorpresa fue que a las dos horas de tramitar mi solicitud me llama la directora de la guarderia pública y me comunica ya de antemano que aunque existen 8 plazas para lactantes, 4 de ellas ya están ocupadas por hermanos y que para las otras 4 hay muchísima demanda.
También me comenta si no me he planteado llevar a mi peque a alguna de las guarderías públicas que están en otros barrios. Esta opción es totalmente inviable. Mi marido trabaja a 40 minutos en coche de mi ciudad y por lo tanto se marcha de casa a las 6 de la mañana. Yo no tengo coche y soy autónoma. No puedo caminar 50 minutos para dejar a mi bebe a la guarde. Volver a casa caminando. Volver a buscarla y volvernos para casita. Exactamente dedicaria a ir y a recoger a la peque unas 4 horas al día. Además nosotros no contamos con ningún tipo de ayuda en esta ciudad. Mis padres viven lejos y mis suegros tienen más de 80 años y mobilidad reducida, así que durante el día cuento con mis dos manitas y mi buena voluntad.
Lo bueno que puedo decir de la directora de este centro es que aunque ya nos avisó de antemano que seguramente no entraríamos en la guarderia si que luchó para que tuviéramos el mayor número de puntos posibles para poder entrar.
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Los malditos puntos
Primero de todo, debo decir que cada día que paso enfrente de la guardería pública me entra una mala leche de cuidado. Las instalaciones, que pagamos todos con nuestros impuestos, son fantásticas. Está cerca de casa y además soy una gran defensora del sistema público de educación que cuenta con profesionales maravillosos.
Mi opinión es que las guarderías deberían ser totalmente gratuítas. No tiene ningún sentido que uno de los países con menos natalidad del mundo no ofrezca facilidades a los padres que tenemos que reincorporarnos al trabajo. No puede ser que paguemos impuestos y que los políticos no los gestionen para que los bebés (los pocos que son) no puedan acceder a una plaza y todo dependa de un sistema de puntos, o mucho peor, de un sorteo.
Por supuesto que también pienso que la baja por maternidad/paternidad debería de ser de como mínimo un año. Pero cuando el bebé ya empiece a ser más autónomo o los padres tengan que reincorporarse al trabajo debemos tener la opción de guarderías gratuítas
Además el sistema de los puntos es en realidad una gran injusticia. Yo si que estoy de acuerdo en que cada persona debe contribuir al sistema según lo que gane y que los más desfavorecidos deben de disfrutar de ventajas, pero no puede ser que algunos únicamente paguemos impuestos (aunque tengamos un sueldo que es más bien justito) y después tengamos que volver a pagar un servicio privado para que cuiden de nuestros peques. Contribuir más si. Pagar dos veces por el mismo servicio no.
Además el sistema de puntos no contempla tampoco otros factores importantes como por ejemplo si los padres cuentan con ayuda, si son autónomos, si trabajan muy lejos de sus hogares… y hace más difícil que pogamos tener más hijos porque con el primero ya te encuentras con un millón de trabas.
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No entramos en la guarderia pública pero vamos a visitar otras
Al no poder acceder a una guardería pública decidimos visitar 3 guarderías que están cerca de nuestro hogar. La primera que visitamos tenía unas instalaciones que no se habían renovado en prácticamente 40 años y unas maestras que no vimos con muchas ganas de actualizarse. La segunda nos gustó más aunque no nos terminó de convencer. El espacio estaba muy bien y el equipo de maestras (digo maestras porque todo eran mujeres) eran jóvenes y con ganas de hacer muchas cosas. Además cada mañana vemos a los niños que van a esa guardería entrar y todos van muy contentos. Y por último visitamos un tercer espacio que descartamos incluso antes de visitar. Ya que antes de mostrarnos el espacio ya nos estaban mandando la hoja de domiciliación bancaria.
En fin… es muy triste que no podamos ofrecer a nuestros hijos la educación que queramos, en los centros educativos que deseamos ya que nuestro sistema es una GRAN mierda.
Y ya estoy sufriendo cuando sea el momento de apuntarla a P3 porque creo que la historia será más o menos la misma. 18.000 habitantes en nuestro barrio y únicamente 3 centros de primaria públicos de una única línea.
