Seguir una dieta Paleo muy restrictiva para luchar contra la Candidiasis no es fácil, sobretodo en los primeros días. Durante la primera fase de cualquier dieta anticándidas debemos ser muy estrictos con nosotros mismos, todo se basa en nuestra fuerza de voluntad.
Debemos alejarnos de todos los focos de tentación y debemos establecer una rutina muy estricta. A menudo nos veremos obligados a renunciar a comidas familiares, a cenas en restaurantes, a salidas cerveceras con los compañeros de trabajo y también deberemos decir adiós a los viajes largos.
Durante mis últimas vacaciones me propuse seguir una dieta anticándidas estricta durante todos los días y sinceramente no lo conseguí y por muchos motivos. Aquí os comparto algunos:
1. Comiendo tantos días fuera de casa, a menudo a horas poco habituales, y sin conocer de antemano la zona en la que estábamos alojados, nos encontrábamos que sin planearlo terminábamos metiéndonos en el primer bar o restaurante que estuviera abierto, comíamos lo que quedaba y casi siempre eran platos llenos de carbohidratos, o sea el enemigo número uno de la dieta anticándidas.
2. Además para seguir una buena dieta anticándidas lo mejor es cocinar uno mismo. Cuando comemos fuera de casa no sabemos que tipo de aceites o condimentos emplean para cocinar o aliñar nuestras comidas. Si durante la dieta anticándidas comemos fuera de casa ocasionalmente no pasa nada, pero durante unas vacaciones es más habitual acudir más asiduamente a bares y restaurantes. Así que mejor huir del sector de la restauración durante un tiempo y centrarnos en comer bien y sanar. Después ya tendremos tiempo de disfrutar de las comilonas otra vez
3. Cuando viajas y sigues una dieta anticándidas te pierdes una parte de la diversión de viajar que es en definitiva despreocuparte y disfrutar de la comida y los sabores de otras tierras. No es lo mismo ir a Valencia y poder disfrutar de una buena Paella en la Albufera que ir y vigilar en todo momento lo que estás comiendo y perderte una gran parte de la diversión y la experiencia. A menudo viajar mientras estás siguiendo una dieta tan estricta produce tanto estrés y ansiedad que impide disfrutar de las vacaciones.
4. Además, si viajas en compañía te conviertes en la pesada del grupo y amargas un poco las vacaciones al resto. Cuando seguía la dieta anticándidas estricta y quedaba para comer con algunas amigas, por un día ellas se adaptaban a mi. Quedábamos en sitios en los que sabía seguro que había alguna ensalada que podía tomar o que cocinaban paleo… pero no nos engañemos.. esto se aguanta un día o dos. En un viaje largo ser la pesada que tiene que vigilar lo que come en cada momento no lo aguanta nadie.
5. Durante las vacaciones es difícil decir no a las cervecitas, al alcohol o al café. Por ejemplo, normalmente yo no tomo café. Es ir de vacaciones y caer, volverme a enganchar y necesitar tres meses para dejarlo otra vez. Y es que las tentaciones en vacaciones se multiplican.
¿Viajar con cándidas?
En definitiva, según mi experiencia, es mejor evitar los viajes largos mientras se sigue la dieta anticándidas. No añadáis stress innecesario al proceso de curación. Primero debéis sanar, dedicaros tiempo a vosotras mismas, a hacer ejercicio, a comer bien y después ya tendréis tiempo de disfrutar de unas buenas vacaciones o de un viaje largo.