Ya os he explicado en otros posts los motivos por los que puede producirse una Candidiasis. Pero aunque ya os he hablado de los más habituales, también existen algunos más ocultos a los que la gente apenas les presta atención. Y es que por ejemplo la exposición prolongada a determinados productos químicos pueden producir o empeorar una Candidiasis.
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El Cloro: un agente altamente nocivo para nuestra salud
La mayoría del agua corriente o del agua de las piscinas públicas de los países occidentales contiene niveles bastante altos de cloro. El cloro es en realidad un gran desinfectante ya que acaba con el 99% de los posibles patógenos o bacterias. De hecho, gracias al uso del cloro, se han erradicado enfermedades que se propagan por el agua como por ejemplo la disentería.
Pero claro, el uso del cloro significa que asumimos un cierto riesgo para la salud humana. De hecho hay numerosos estudios que muestran la incidencia del cloro en el aparato respiratorio, y ya se empieza a asociar a ciertos problemas en el aparato digestivo.
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El cloro y su incidencia en las bacterias de nuestro intestino
Digamos que el cloro actúa con las bacterias de nuestros intestinos igual como lo harían los antibióticos. Es decir, terminan con todo, con lo malo pero también con todo lo bueno.
Digamos que las bacterias buenas de nuestro intestino son sumamente importantes y participan en una gran variedad de acciones fisiológicas de nuestro cuerpo. Las bacterias de nuestros intestinos participan en el sistema inmunitario, en los procesos de desintoxicación de nuestro organismo, en prevenir la inflamación del mismo, en la producción de vitaminas, en la absorción de nutrientes…
Al ingerir cloro de forma prolongada terminamos con una gran parte de las bacterias buenas que habitan en nuestros intestinos y esto puede acarrear problemas de digestión y un gran aumento de la población de Cándidas, ocasionando una infección por Candidiasis.
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¿Cómo evitar el consumo de cloro?
Pues:
- Intenta beber el agua filtrada o embotellada. Nunca te bebas tal cual agua del grifo.
- Evita cocinar con agua del grifo
- Intenta instalar en tu casa un sistema de filtrado de agua para los grifos.
- Evita los jacuzzis o piscinas públicas. (de hecho la mayoría de nadadores profesionales presentan problemas en la piel o en el pelo por culpa del exceso de cloro)
- Cuando salgáis de casa lo mejor es llevarse la propia agua embotellada
- No utilicéis lejía de clorato para la ropa
- Pero si aún así estáis expuestos al cloro lo mejor es que os toméis un buen probiótico de forma habitual para mantener la flora intestinal.
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