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Parir en el hospital: El horror del postparto inmediato

Hace unos días una amiga embarazada me comentó que quería parir en casa su segundo hijo. La razón principal: el mal recuerdo que tiene de los primeros días de postparto en el hospital.

La verdad es que pensaba que quizás yo era la única que tenía mal recuerdo de mi estancia en el hospital después del parto, pero al hablarlo con algunas amigas y también con mi hermana llegamos todas a la misma conclusión: después de parir y de pasar nuestra primera noche en el hospital, TODAS queríamos irnos a casa corriendo.

¿Pero por qué nos pareció tan horroroso el posparto inmediato en un centro médico?

Parto respetado

En los últimos años la mayoría de hospitales, tanto públicos como privados, ofrecen multiples opciones de parto para todo tipo de mamás. En todo momento, siempre o casi siempre, las mamás nos sentimos que somos las protagonistas en la toma de decisiones. Tanto si queremos un parto natural como si queremos un parto medicalizado, o como si de repente decidimos cambiar de opinión.

Yo realmente tengo un recuerdo excelente de mi parto. Tanto la comadrona como la doctora se portaron fenomenal. Fue un momento relajado, en petit comité, íntimo… con mi pareja. Fue un parto rápido pero tranquilo en el que yo estaba como en una nube.

Pero por desgracia no estoy igual de contenta con mis días en el hospital y me gustaría compartir, punto por punto, el por qué.

Además al hablarlo con otras chicas la mayoría pensamos lo mismo.

Las habitaciones de hospital son la cosa más fría e incómoda del mundo

Esto es aplicable también para los enfermos que deben estar ingresados durante mucho tiempo. Las habitaciones de hospital son funcionales y sirven para su cometido pero no están pensadas para el bienestar del enfermo.

Los primeros días en el hospital, como familia joven, fueron incómodos. El bebé no quería estar en su cuna. Quería estar encima de la madre o del padre, hacer el piel en piel, y nosotros queríamos estar cómodos y confortables y esto en un hospital como que no. No había espacio suficiente.

Los hospitales son espacios totalmente alienados a las necesidades vitales del enfermo. Si allí te curan o sirven para que tengas un bebé pero son espacios fríos. Y esto afecta tanto al estado de ánimo de la madre como al del recién nacido durante sus primeros días de vida.

En el hospital mi bebé estaba agitado, desubicado, tenía momentos de mucha agitación, mucha gente entrando, saliendo, tocándolo… fue llegar a casa y se relajó de golpe.

Las entradas y salidas de la habitación eran continuas

Nuestra habitación era un poco el camarote de los hermanos Marx. Parí en plena pandemia así que pensé: me ahorro las incómodas visitas de familiares en el hospital y podremos estar tranquilos y solos adaptándonos a la nueva situación. Eso si, contando en que podríamos tener asesoramiento en cuando fuera necesario.

Pues nanai de la China.

Entraban enfermeras en todo momento, que si medicamentos, que si ahora una venia a mirar mi presión 10 veces, que si me tenía que levantar sí o sí para ir al baño aunque no tuviera ganas, que si una venía a mirar a la niña de no se que y después regresaba otra a hacer lo mismo al cabo de 10 minutos. Y esto día y noche. Con el estrés que ya suponía ser padres primerizos y viendo pasar una marabunta de gente que no dejaba de agobiarnos tanto a la niña como a mi y también a mi pareja.

Parir en un hospital privado es sinónimo de Teletienda

Ya tenía asumido desde el momento en el que me quedé embarazada que yo y mi peque nos íbamos a convertir en el target de muchas empresas. Tanto de las que venden productos de bebé, como de las que venden productos para mamás, pasando por farmacias, centros educativos… lo que no me esperaba es que la «teletienda» fuera tan agresiva en el mismo hospital.

Para empezar al llegar a la habitación nos encontramos con un pack de bienvenida facilitado por diversas empresas que realizan productos de higiene para bebé. El pack incluya desde pañales, a leches maternas, pasando por toallitas o incluso compresas para la mamá (la verdad es que el pack era bastante completo y lo AGRADECIMOS de TODO corazón). Pero a partir de ese momento nuestra habitación se convirtió en un centro de visitas de comerciales: fotógrafos, personal que nos ofrecía llevarnos la comida a casa durante las primeras semanas después del postparto, mútuas…

A ver, acabo de tener un hijo, tengo mis problemas para poder asumirlo, son muchas cosas de golpe, no necesito gente en mi habitación intentando vender cualquier cosa que crean que puedo necesitar. No es el sitio ni tampoco es el momento.

Sentirse juzgada por el personal de hospital

Otra cosa que no me gustó fue cuando de manera consciente y meditada decidí dejar de dar al pecho a mi bebé y pasarme a la leche artificial. Me hubiera encantado poder alimentar a mi peque pero 40 horas después de empezar con la lactancia materna yo tenía los pechos destrozados y me bebé no paraba de llorar de hambre. Realmente mis pechos, quizás por culpa de mis «desbarajustes» hormonales, no producían nada de leche, y yo sufría como una loca viendo llorar a mi peque que se moría por comer.

Vi enseguida que la lactancia materna no era una opción para mi pequeña familia y se lo comuniqué a las enfermeras pedriáticas. Su comentario fue «No te puedes rendir«. A ver… tengo ya una edad, he luchado como una loca para poder tener a mi peque y conozco perfectamente cuales son los límites de mi cuerpo. No puedo ver a mi hija sufrir de esta forma. Es mi decisión y no me gusta que me la cuestionen. Además después me di cuenta que tampoco hubiera podido seguir con la lactancia materna una vez me hubiera incorporado al trabajo a las 6 semanas de parir. Básicamente soy autónoma y las leyes de este país no favorecen la conciliación familiar.

La poca información que te ofrecen sobre temas que realmente necesitas

Cuando estábamos en el hospital teníamos algunas dudas sobre la lactancia artificial que por supuesto nadie nos ayudó a solucionar. Nos dieron el alta en un día festivo y casi nos echan a patadas. Pasó una pediatra que ignoró todas las preguntas que le hicimos o nos las respondió con monosílabos.

No sé, en ese momento es cuando realmente necesitas apoyo del hospital en el que está y no lo encuentras. No puede ser que tu fuente principal de ayuda sea el sr Google.

Creo que, si bien los hospitales tienen un buen equipo de enfermeras pediátricas, a menudo actúan con protocolos muy establecidos y no te dan un soporte personalizado en el que puedas resolver las dudas que realmente son importantes para ti y tu pequeña familia.

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