El título de este post es especialmente largo. Pero por desgracia intenta sintetizar en pocas palabras una afección difícil de diagnosticar para la mayor parte de la comunidad médica.
La mayoría de mujeres tienen conocimientos sobre afecciones que pueden afectar a la mama durante el periodo de lactancia. Algunas de estas afecciones son las mastitis o las perlas de leche, de las que os hablamos en este post. Pero existen otras afecciones mamarias que a menudo pasan desapercibidas, que son difíciles de diagnosticar y que además son muy dolorosas.
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La microbiota de la leche materna
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Durante mucho tiempo se había pensado que la leche materna contenía alimento para el bebé pero no contenía bacterias. Con el tiempo se ha descubierto que es un alimento altamente complejo y totalmente imposible de replicar. Aparte de bacterias, minerales y nutrientes ya estudiados, contiene decenas de componentes que a día de hoy se sigue sin conocer exactamente que son y como contribuyen a la evolución de nuestros bebés.
Para entender como la leche materna puede contribuir a una infección bacterina en el pezón, debemos tener en cuenta de que, como nuestros intestinos o nuestra vagina, la leche tiene su propia microbiota natural. En su estado óptimo, en la leche humana, encontramos bacterias como los estafilococos, los estreptococos y las bacterias lácticas. Normalmente, las infecciones como la mastisis o las infecciones bacterianas de pezón, tienen lugar cuando existe una disbiosis en la leche materna y algunas bacterias de la familia estafilococos crecen desmesuradamente provocando dolor, malestar e incluso fiebre.
De hecho, lo que conocemos como mastitis aguda, ocurre cuando existe un cuadro médico de mucho dolor, pecho enrojecido y fiebre. Normalmente, la mastitis aguda viene causada por un sobrecrecimiento de bacterias Staphylococcus aureus y se trata con antibióticos.
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Mastitis subagudas
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En muchos casos la mastitis presentan únicamente un cuadro de dolor, especialmente en la zona del pezón. La mama tiene un aspecto normal, no se produce fiebre ni tampoco absecos ni enrojecimiento de la mama
Las personas que hemos sufrido de mastitis subagudas o infecciones de pezón podemos definir el dolor como muy intenso. Como agujas que se te clavan en el pezón y que irradian hacia el brazo y la espalda. También en algún momento sensación de quemazón y a menudo enrojecimiento de algunas zonas del pezón.
Como la mayoría de ginecólogos y médicos pediatras no tienen mucho conocimiento sobre este tipo de mastitis lo pueden diagnosticar como una Candidiasis y recetar la aplicación de antifúngicos que lógicamente no sirven para nada en este caso. Algunas mujeres han estado sufriendo durante mucho tiempo este tipo de afecciones y, después, con el tiempo, han tenido que tomarse un antibiótico para otra infección y han mejorado su cuadro de mastitis.
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¿Cómo se diagnostican estas infecciones de pezón?
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Si notas estos síntomas lo ideal es acudir a un profesional sanitario, a una matrona, ginecologa o pediatra especializada en lactancia materna y pedir que te hagan un cultivo de tu leche. Es importante que no te pongas ninguna crema en el pezón durante las 24 horas anteriores a la toma del cultivo. Una vez tengas los resultados del cultivo y sepas cual es la bacteria que ha ocasionado la infección, normalmente es la estafilococo epidermidis, te podrán recetar la pauta de antibióticos correspondiente para poderla tratar.
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¿Hay alguna forma para que se pueda curar de forma natural esta infección?
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Si la infección está en un estado muy incipiente se puede «controlar» comiendo ajo (no es broma) y tomando probióticos L Reuteri 2 veces al día (a mi estos probióticos no me han funcionado pero se que a otras mujeres si) o bien tomar el mejor probiótico que existe para evitar una mastitis subaguda, el Lactanza Hereditum. Yo considero este probiótico mano de santo. Es tomarlo y en 7 días van desapareciendo los síntomas hasta que te encuentras divinamente. El único problema es que es extremadamente caro pero es la mejor inversión de todas.
Aunque si estás en un estado más avanzado si que hace falta que un profesional sanitario te recete un antibiótico y complementes el tratamiento con Lactanza Hereditum para prevenir futuras recaidas y equilibrar la microbiota de tu leche.